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15 de julio de 2013 |
| Advertencias que no son oídas por los que no quieren escuchar |
Silencio, es temporada de caza Desde la principal minera de la provincia se advirtió que la situación se complica cada vez más y que pueden venir tiempos peores, pero los que están ocupados con la campaña, no se han dado por enterados. (AIMSA-SantaCruz) Más preocupados en decir frases brillantes y en lucir como los buenos en la campaña electoral en marcha, que en atender los problemas que sufre la provincia –que son mucho más serios y complicados que lo que los propios candidatos se animan a admitir–, el duro diagnóstico que hizo el principal directivo de Cerro Vanguardia, Jorge Sanguín, no fue analizado, comentado ni replicado por ningún funcionario ni dirigente, ni del gobierno nacional, ni del provincial ni de la oposición a ambos. Frente a este silencio, algunos dirigentes mineros recordaron la contracara, cuando el simple comentario sobre dificultades en las importaciones de otro gerente de la misma minera, produjo una catarata de llamados telefónicos quejosos y solicitudes de desmentidas varias. Y ojo que no se trata, en este caso, de algo menor. Estamos diciendo que la mayor minera de Santa Cruz y una de las más antiguas e importantes del país, de la que es parte el propio Estado provincial, ha advertido que los tiempos para la minería se complican cada vez más, y que eso obligará a realizar ajustes, para mantener la producción activa. Un solo dato de los que dio Sanguín al personal de Cerro Vanguardia, debería cuanto menos preocupar a los responsables de equilibrar las cuentas provinciales: en el último semestre, el precio internacional de los metales se redujo en un tercio. En buen romance, esto significa lisa y llanamente que en igual proporción caerán las regalías, que en el mismo porcentaje se reducirá lo que se pretendía colectar con el nuevo impuesto inmobiliario minero (esto si los amparos no frenan antes su aplicación), y muchos yacimientos que se mostraban como promisorios, hoy han dejado de ser factibles de explotarse, y quedarán sepultados hasta que la rueda económica mundial vuelva a girar y los capitales de riesgo decidan, otra vez, solventar las actividades exploratorias. Y ni hablar de los otros problemas planteados por el Gerente General de la compañía minera cercana a San Julián, como lo son los inconvenientes y costos extras que genera la restricción a las importaciones, la disminución brutal de utilidades que configura el tener que comprar a valores de dólar blue y vender con cotización oficial, y un escenario inflacionario que complica indudablemente cualquier plan de mediano y largo plazo, a la vez que suma conflictividad a todas las tratativas interempresarias, tanto con proveedores como con los propios trabajadores. Compartir información En este punto, cobra mayor importancia parte de lo dicho por el ingeniero Sanguín en el yacimiento Cerro Vanguardia la semana anterior, porque hace hincapié en lo necesario, para superar los escollos, saber dónde estamos parados. Dijo Sanguín: “Prácticamente a nadie de los que integran esta empresa, desde los más altos directivos hasta el colaborador más joven, escapa que la situación que atraviesa la minería en general y nuestro yacimiento en particular, es cada día más complicada. Esto surge tanto de los comentarios que pueden oírse a diario en los pasillos como de la simple lectura de los distintos datos que la realidad pone ante nuestros ojos diariamente.” Al respecto, aclaró que “una cosa es saber, o presentir al menos, que la situación no está bien, y otra muy distinta es conocer los motivos esenciales que generan el o los problemas, porque identificándolos, todos juntos, podremos tener un panorama mejor de lo que nos depara el futuro, y de los caminos que podemos tomar y los que debemos evitar, para transitar ese futuro difícil con la mayor seguridad y fortaleza posible”. El directivo de la principal minera santacruceña, remarcó que “hay quienes prefieren discutir y analizar estos problemas solamente en los círculos superiores de una organización empresaria como la nuestra; son en general los mismos que sostienen que de nada vale preocuparse por los problemas que no generamos nosotros o que no está en nuestras manos solucionarlos, pero, en lo personal, opino todo lo contrario, y creo que compartir y conocer las dificultades nos hace más fuertes, porque en definitiva, en el reconocimiento de la propia realidad está el principio de la esperanza, y en saber perfectamente dónde estamos parados es lo que nos permitirá decidir si a partir de aquí avanzamos o retrocedemos.” Silencio que no es salud Parece que nos hemos acostumbrado a esta mecánica electoral, por la cual al llegar la temporada de caza de cargos, se deja de hablar de los verdaderos problemas de Santa Cruz, y cuando ya asumen los recientemente electos, propios y extraños se muestran sorprendidos por el panorama, y culpan de esa aparición repentina de problemas a la crisis heredada, el agotamiento del modelo, que el mundo se nos cayó encima o los intereses ocultos de vaya uno a saber qué poderoso personaje que maneja los hilos de Santa Cruz. Y así, a los ojos del mismo dirigente, la industria que hace dos o tres años era madre de industrias y debía servirles de ejemplo a las petroleras, hoy es un demonio neoliberal que se resiste a abandonar la década menemista, sin que en el medio haya pasado nada que justifique ese cambio de mirada. Como decíamos en este mismo espacio hace tan solo dos semanas, los problemas en Santa Cruz se seguirán sucediendo si no se toma conciencia de que situaciones serias (como el déficit fiscal provincial, la caída de los precios de los metales, los problemas derivados del control de cambios o el desfavorable panorama internacional, entre otros) requieren de respuestas serias dadas por gente seria, que sepa que no se puede, en la misma provincia y con las mismas autoridades, aumentarle los impuestos a una actividad productiva y rebajárselos a otra, y en ambos casos con el argumento de que el modelo estatal está agotado. |
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