Sobre los 60 años de AOMA y la encrucijada actual
El desafío de asegurar el futuro
Esta semana que pasó, el gremio minero AOMA celebró sus 60 años, pero el tiempo para festejar ha sido escaso, habida cuenta de los desafíos que la industria enfrenta y que lo obligan a multiplicar los esfuerzos para seguir creciendo, o al menos no retroceder.
Un 28 de octubre de 1953, por iniciativa de entonces presidente de los argentinos, Juan Domingo Perón, nacía la Asociación Obrera Minera Argentina. La minería ya empleaba a gran cantidad de trabajadores, pero estos se hallaban aún sin una organización unificada que defendiera sus derechos. El antecedente inmediato había sido la realización de la “Semana Minera Justicialista”, en 1951, cuyo cierre tuvo lugar en el Teatro Colón de Buenos Aires, con la presencia de Eva Perón.
A partir de la iniciativa del expresidente, en la sede de la CGT se reunieron todos los sindicatos y federaciones de las distintas ramas de la minería ya existentes y se fusionaron en una sola entidad.
Los objetivos de AOMA fueron la defensa de los intereses de los trabajadores que representa, con el propósito de negociar colectivamente, participar orgánicamente en las políticas del sector, defender los intereses de todos los trabajadores mineros del país, como así también las condiciones de trabajo y seguridad y el bienestar y cobertura social de los mismos.
Paralelamente, AOMA desarrolló una intensa labor social, estableciendo una obra social para los trabajadores mineros, OSAM, y ambiciosos planes de turismo social y recreación.
A medida que el desarrollo minero nacional fue avanzando, el gremio nacional de los trabajadores de la industria se fue amoldando a los nuevos tiempos, ampliando sustancialmente su base de sustentación y ocupando espacios en todo el territorio nacional.
Actualmente el gremio está constituido por las distintas ramas de la actividad minera –minería extractiva, cal, piedra y afines, molienda de minerales y cemento portland– y cuenta con 23 seccionales. Está adherido a la Confederación General del Trabajo y a la FITIM, Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas.
En estas décadas, AOMA siguió esforzándose por el logro del cumplimiento de los derechos de los trabajadores, con plena participación de sus afiliados, haciendo honor a su democracia interna, luchando desde aquellos primeros tiempos por el desarrollo de la actividad minera y recogiendo los frutos en la actualidad con el logro de un aumento considerable de fuentes de trabajo genuinas, la capacitación constante y formación, la búsqueda de mejores salarios y todas aquellas reivindicaciones tendientes a la búsqueda de la conquista de la justicia social.
AOMA en Santa Cruz
Cuando la nueva minería, de la mano de Cerro Vanguardia y las empresas que la siguieron, desembarcó en la provincia de Santa Cruz, en la última década del siglo pasado, algunos trabajadores comenzaron a interesarse por la solución de los problemas comunes, y por la mejora de las condiciones de trabajo.
Fue así que, luego de algunas experiencias aisladas, un grupo liderado por Javier Castro, tomó contacto con las autoridades nacionales de AOMA, para establecer una seccional en la provincia, la más joven del gremio y la que más ha crecido en la última década.
Los dirigentes locales tuvieron que formarse a medida que ejercían sus nuevas funciones, y así fueron aprendiendo las características de la actividad y descubriendo la mejor manera de representar a los mineros santacruceños.
Muchas veces tuvieron que recorrer los difíciles caminos rurales de la provincia, para encontrar los nuevos emprendimientos y custodiar que se cumpliera con las condiciones laborales mínimas, tanto en materia de instalaciones como en lo que hace a la seguridad laboral y el respeto de los tiempos de trabajo y de descanso.
El gremio se fue extendiendo y hoy cuenta con delegaciones en las principales localidades con actividad minera de la provincia: San Julián, Perito Moreno, Gobernador Gregores y Puerto Deseado. En cada uno de esos lugares, además de la representación sindical, se brindan servicios de proveeduría, cobertura de salud y turismo social para los afiliados.
Así como la minería fue una actividad nueva para los propios trabajadores, lo es todavía para las comunidades, y por ello el gremio realiza permanentemente actividades de difusión del laboreo minero y sus implicancias, mediante charlas en las escuelas, participación en distinto foros y organizando anualmente la Expo Patagonia Minera en San Julián, que crece año a año y cuya tercera edición se celebrará el próximo fin de semana.
Especial atención se presta desde la conducción del gremio a la capacitación, tanto de los trabajadores en general como de sus representantes y delegados de base, para que sepan cómo defender mejor los derechos laborales y controlar el cumplimiento de las reglamentaciones vigentes.
También desde la Seccional Santa Cruz de AOMA se hace hincapié en la cuestión de la seguridad e higiene en el trabajo, cuyo estricto cumplimiento es esencial para preservar vida y salud de los trabajadores mineros.
En esta década, el gremio tuvo que enfrentarse no solo con la resistencia de algunas empresas a reconocer la representación gremial, sino también con grupos de choque que amparados en sellos de otras instituciones sindicales, intentaron sin éxito beneficiarse de las luchas y trabajo de tantos años invocando falsas representatividades, aún cuando en más de una oportunidad utilizaron la violencia para intentarlo.
Hoy AOMA enfrenta nuevos desafíos, como el de mantener el espacio y las conquistas ganadas en medio de la crisis que atraviesa la industria minera, tanto por la baja de los precios de los metales como por un contexto económico local poco permeable al desarrollo de este tipo de inversiones, de largo plazo y de fuerte relación con el comercio exterior.
De su capacidad para adaptarse a las distintas vicisitudes y para evitar quedar atrapado en los enfrentamientos que vienen registrándose entre los gobiernos nacional, provincial y los municipales, dependerá en gran medida que la minería siga siendo en Santa Cruz una positiva apuesta al futuro y una opción sensata para comenzar a planear una matriz económica y productiva diferente a la que hoy sume a la provincia en la profunda crisis que atraviesa.